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jueves, 10 de noviembre de 2011

La Reforma Protestante en Irlanda

La Reforma protestante en Irlanda
Por Mario Escobar,
Enrique VII, el primer rey de la dinastía Tudor, puso los medios necesarios para restablecer el poder Real en la isla. Su primera medida consistió en enviar a un hombre de su confianza llamado Poynings, que estableció la  “Ley Poynings” (1), que estuvo vigente hasta 1782. El sucesor de Poynings, llamado FitzGerald, continuó su política de semilibertad del país. Pero la llegada al poder del rey Enrique VIII iba a cambiar mucho las cosas. Su canciller, el Cardenal Wolsey, pensaba que los territorios irlandeses estaban infrautilizados, debido a que la falta de un sistema hacendístico fuerte y la malversación de fondos impedían que las rentas irlandesas llegaran a las arcas del rey.

La rebelión en 1534 de Thomas FitzGerald el Sedoso, destacó más que por su viabilidad política, por la vinculación que tuvo con el papado y el catolicismo romano, ya que el líder rebelde pidió ayuda al Sumo Pontífice aduciendo que su enfrentamiento contra el cismático Enrique VIII, era de carácter religioso. Estas dos vertientes, la relación iglesia católica y nacionalismo y el intento de involucrar a potencias extranjeras en el conflicto, serán recurrentes en la política nacionalista irlandesa hasta el siglo XX, produciéndose el hecho de que los enemigos de Inglaterra eran automáticamente amigos de Irlanda.

Durante todo el siglo XVI los ingleses temieron una sublevación, ya que los estados católicos enemigos, intentaron animar el independentismo irlandés en aras de la diferencia religiosa. Uno de los casos más significativos es el de 1579, cuando el Papa Gregorio XIII y el monarca español Felipe II, lanzaron un ataque conjunto, calificado de cruzada contra la opresión del pueblo católico irlandés por los herejes. Las tropas católicas desembarcaron en Dingle, condado de Kerry, pero la ofensiva fracasó al igual que varios intentos posteriores.

La iglesia católica de Irlanda necesitaba una reforma a fondo, si bien las órdenes religiosas se habían mantenido fieles a sus principios cristianos, la jerarquía episcopal apenas se ocupaba de los asuntos religiosos, dedicando su tiempo a la política y la acumulación de riquezas. Para paliar esta desidia y acrecentar su poder personal Enrique VIII nombró a George Browne como arzobispo de Dublín. La primera actuación del representante real fue la disolución de las órdenes religiosas y la expropiación de sus tierras. Este acto recibió el respaldo de la jerarquía católica, que veía en la medida una manera rentable de acrecentar su riqueza y hacerse con el monopolio religioso de la isla. Durante el reinado de Enrique VIII y el de su hija Isabel I se expropiaron cuatrocientos monasterios y abadías.

En 1541 las cortes irlandesas declararon a Enrique VIII como su rey. En apenas unos pocos años los irlandeses habían aceptado el mayor cambio político y religioso de su época sin ninguna oposición, de hecho, a diferencia de lo sucedido en Inglaterra unos años antes, no hubo levantamientos populares ni opositores importantes a la reforma de la Iglesia en Irlanda. Todos estos cambios no implicaron el dominio real del Rey sobre todo el territorio, por lo que sus sucesores Eduardo VI (1537-1553) y María (1516-1558), se encargarían de ampliarlo.

Otro de los métodos utilizados para la implantación de la autoridad de la Corona fue la colonización. En 1521, el Conde de Surrey había propuesto esta medida, que perseguía la sustitución de los irlandeses por ingleses leales. Pero esta política no se aplicó hasta el reinado de Eduardo VI, en junio de 1550(2). El primer intento fu un fracaso, dado que el despliegue de tropas necesario para su cumplimiento era inviable en aquel momento.

A finales del siglo XVI el protestantismo irlandés se encontraba debilitado por su pequeño arraigo social, aunque el gobierno de Londres intentara aplicar ciertas medidas oficiales como la prohibición de la misa o la imposición del Libro de Oración común de Crammer.

En 1553, bajo el reinado de la reina María se reanudaron nuevas colonizaciones. La Catolicísima Monarca era indiferente a la filiación religiosa de sus súbditos irlandeses, viendo en la colonización tan sólo un medio para el fortalecimiento del poder Real. En época de la reina Isabel, la monarquía cambiará de estrategia usando métodos menos drásticos, como ciertas medidas culturales, entre las que destaca la creación en 1592 la primera universidad en Irlanda, en la ciudad de Dublín.

El territorio irlandés sufrió durante todo el siglo, un gran número de pequeñas guerras, en las que destacó la represión brutal de la monarquía Tudor.

La rebelión más destacada de este periodo fue la de O´Neill, un noble criado en la corte inglesa, que a partir de 1588 intentó de forma armada la independencia de Irlanda, buscando el apoyo papal y la ayuda del mayor enemigo de Inglaterra en aquel entonces, España. De este último obtuvo el envío de un contingente de 3.500 soldados, que desembarcó Kinsale, condado de Cork, en 1601, para fracasar poco después en su intento.

Bajo el reinado de Jacobo I, al que se creía criptocatólico, la tolerancia religiosa de los últimos años terminó bruscamente, ya que el Rey con el fin de demostrar su fe anglicana realizó una política muy dura en materia religiosa. La huída de varios nobles irlandeses, tras la derrota militar de O´Neill propició a su vez la reforma administrativa del norte del territorio y la creación del condado de Londonderry. Jacobo I siguió la política de colonización de sus predecesores, llevando a la isla un gran número de colonos escoceses, en su mayor parte presbiterianos.

En 1613 las leyes irlandesas fueron sustituidas por las inglesas. Bajo el reinado de Carlos I (1625) se favoreció a los irlandeses autóctonos, mientras que se obligaba a los de origen escocés, en su mayoría presbiterianos, a jurar lealtad al Rey, debido a la guerra abierta de este contra Escocia. También hubo un intento de restituir las tierras enajenadas cien años antes a las órdenes religiosas. Estas y otras reformas no gustaron ni a la nueva oligarquía protestante, que se unió a los puritanos ingleses contra el Rey, ni a los terratenientes católicos. Durante el periodo del  “Parlamento Largo” (3), la oligarquía condenó y ejecutó al odiado representante del gobierno, Wentwoth. Tras la muerte del Rey, la alianza de grandes capas de la sociedad irlandesa contra el tiránico gobierno de Londres, se disolvió dejando paso a viejas rencillas y desconfianzas. Las revueltas no se hicieron esperar, ya que muchos campesinos irlandeses desposeídos en las diferentes colonizaciones reclamaban sus tierras.

Los más afectados por este nuevo brote de nacionalismo irlandés fueron los presbiterianos escoceses y los puritanos. Los nacionalistas no querían independizarse de la corona, sino más bien revindicaban algunos derechos fundamentales, entre ellos los de carácter religioso, ya que desde el reinado de Jacobo I se había prohibido el culto católico y la presencia de sacerdotes en Irlanda. Los rebeldes convocaron al parlamento en 1642 y juraron defender la fe católica y los derechos de la Corona. Todo el territorio cayó bajo su dominio a excepción de Dublín, partes del Ulster y algunas ciudades. En los primeros meses de la rebelión fueron asesinados o muertos por inanición doce mil colonos protestantes de origen ingleses y escoceses. La respuesta del Parlamento Inglés será la llamada  “Gran Amonestación” (4) un escrito donde se acusa a los pro católicos, entre ellos al Rey de ser los causantes de estos desastres.

La guerra civil en todos los reinos no se hace esperar. Los bandos enfrentados eran por un lado los nobles anglicanos unidos a los católicos, y por el otro todos los disidentes religiosos y los presbiterianos. En la primera fase de la guerra los dos bandos estuvieron igualados, pero la muerte de Pyn, el líder de los disidentes, propició el diálogo (1643), pero la ascensión de un nuevo líder puritano llamado Cromwell, impidió llegar a un acuerdo. Al final el Rey fue derrotado, sentenciado y ejecutado el 28 de enero de 1649.

La expulsión ese mismo año de miles de ingleses de Irlanda, motivó la invasión de las tropas de Cromwell, que el 15 de agosto desembarcaron en la isla. Cromwell que se creía enviado por Dios para vengar las matanzas de protestantes del año 1641, actuó de una manera contundente, como en el exterminio de todos los defensores de la ciudad de Drogheda. Tras varios años de enfrentamiento en 1651 vuelve a Inglaterra, después de haber pacificado la isla y entregado a los colonos ingleses buena parte de las mejores tierras. Unos 44.000 irlandeses fueron desplazados al oeste, y apenas treinta años más tarde, en 1685, los irlandeses católicos sólo poseían el 22 % de las tierras.



 1) Ley Poynings: La ley prohibía la reunión del parlamento irlandés sin el consentimiento del rey y condicionaba las decisiones tomadas a la aprobación regia y del consejo inglés.
2) El consejo real inglés decidió que “Leix y Offaly, anteriormente territorio de los O´Connor y los O´Moore, debían ser arrendados a los súbditos reales por una renta adecuada, con la intención tanto de que sean habitados como de que supongan mayor poder para su Majestad el Rey”.
3) El Parlamento Largo fue la respuesta a la actuación del rey Carlos I en materia religiosa, convocado en Noviembre de 1640, condenó a varios ministro reales y se hizo con el control real del territorio.
4) Un fragmento de la requisitoria redactada por Pym. “Hemos hallado que la raíz de todos los males residía en un proyecto pernicioso y malintencionado de invertir las leyes fundamentales y los principios de gobierno, sobre los que están sólidamente establecidas la seguridad y la justicia del reino. Los promotores y ejecutores de estos proyectos han sido: 1. Los papistas, discípulos de los jesuitas y que odian las leyes, como obstáculos para el cambio y la caída de la religión, objeto de sus deseos más ardientes. 2. Los obispos y la parte más corrompida del clero, que alimentan la inclinación a las pompas exteriores y a la superstición, como efectos naturales y apoyos más probables de la tiranía y la usurpación eclesiástica. 3. Los consejeros y cortesanos que, desde posiciones particulares, intentaron que en este país prevalecieran los intereses de algunos príncipes o estados extranjeros, en perjuicio de Su Majestad y del Estado

El presidente Obama y sus creencias

Barack Hussein Obama, primer presidente negro de EEUU
Por Mario Escobar,
El presidente electo es uno de esos milagros que sólo suceden cada cincuenta años. Hijo de un africano de Kenia y una antropóloga de Kansas, nació y se crió en Hawai e Indonesia, el país de su padre adoptivo. Estudio Ciencias Políticas en la Universidad de Columbia y en la Universidad de Harvard cursó la carrera de Derecho.

Fue el primer presidente de la revista de derecho de estudiantes en la Universidad de Harvard. Llamó la atención de los profesores y fue becado para que desarrollara una investigación sobre problemas raciales. De aquella investigación salió un libro titulado:  Sueños de mi padre .

En 1992 presidió la ONG  Project Vote.  Profesor de leyes en la Universidad de Chicago, miembro de un bufete de abogados dedicados a casos de derechos civiles, se interesó por la política y fue nombrado senador por Illinois. Siendo uno de los pocos senadores negros de los Estados Unidos, fue elegido para dar el discurso de apertura a la Convención Demócrata del año 2004.

 En 10 de febrero de 2008, Barack Obama anunció su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos.  No era el primer candidato negro que se presentaba a las elecciones presidenciales, pero su candidatura por el partido demócrata prosperara parecía casi imposible, Hillary Clinton era la candidata con más posibilidades de representar al partido en las presidenciales de ese año.

Contra todo pronóstico, Barack Obama ganó las primarias en su partido y se presentó a la presidencia del país. En noviembre del 2008 ganó al candidato republicano y fue elegido presidente de los Estados Unidos por una amplia mayoría.

 ¿Cuáles son las creencias del futuro presidente Barack Obama? 

Como el declaró en su libro  La audacia de la esperanza,  su familia no era muy religiosa. Su madre venía de la tradición metodista y bautista, pero no asistía a la Iglesia. Su padre era musulmán, pero se confesó ateo en muchas ocasiones.

 Su acercamiento al cristianismo se produjo por medio de su militancia en los grupos de base de las iglesias de raza negra.  Durante su infancia fue educado en colegios seculares y católicos, su relación con el Islam es anecdótica. Miembro desde hace veinte años de la Iglesia Trinitaria Cristiana de Chicago, dice que se convirtió hace años al cristianismo.

Sus diferencias con el pastor Jeremiah Wright le impulsó a abandonar su iglesia local e integrarse en otra comunidad. Amigo del evangelista y pastor Rick Warren, al que ha elegido para que le dirija en el juramento de la toma de investidura, defiende los valores cristianos de la sociedad norteamericana. Aunque sus ideas liberales con respecto a los matrimonios homosexuales y el aborto le costó el voto de los sectores más conservadores cristianos.

Después de ocho años de los evangélicos conservadores en el poder, veremos como les sientan algunas dosis liberales a los norteamericanos.

Los Amish 2ª Parte

Amish: su expansión y crecimiento
Por Mario Escobar,
Los Amish no son una iglesia organizada ni jerarquizada, a pesar de tener pastores u obispos. El grupo está dividido en diferentes tendencias según su nivel de práctica de las antiguas costumbres del grupo.

Entre estos grupos destacan varias ramas, en muchos casos, aisladas unas de las otras. Los Amish   más estrictos o Vieja Orden son denominados Nebraska Amish, Troyer Amish y Swartzendruver Amish. La división se produjo en la Conferencia Wayne County (Ohio) en 1860.

La corriente más progresista, que componía dos tercios de la conferencia, terminó por salirse de la comunidad Amish e integrarse en las diferentes iglesias menonitas. A pesar de todo, en la actualidad un grupo más liberal de Amish denominado Beachy Amish, ha introducido algunos cambios en sus comunidades.

 Podríamos imaginar que los grupos Amish son pequeños y están en vías de extinción por su rechazo a la vida moderna, en cambio su crecimiento ha sido constante durante todo el siglo XX. 

La población Amish en 1992 era de 123.000, en el 2008 ya supera los 227.000, con un crecimiento anual de 4%. Su crecimiento es debido a la alta tasa de natalidad y la mínima deserción de miembros en la comunidad. Su promedio de hijos es de 6,8, lo que pone a este grupo en cabeza de la natalidad mundial.

La extensión geográfica de los Amish es mayor de lo que se cree normalmente. Están presentes en 21 estados, aunque su población se concentra mayoritariamente en Pensilvania, Ohio e Indiana. También hay grupos en Canadá y algunos minoritarios en el resto del continente.

Los Amish justifican su separación del mundo y su rechazo a la tecnología en las enseñanzas del apóstol Pedro, la carta a los Romanos y las epístolas de Juan y Santiago.

 En los últimos años se han producido varias películas dedicadas a la peculiar forma de vida de los Amish.  A la famosa película  Único testigo , le han seguido varios film como  Cosecha de fuego  y varias comedias ligeras. El cine ha internacionalizado la imagen del grupo y en la actualidad son uno de las atracciones de muchas rutas turísticas en la costa Este de los Estados Unidos.

Gnosticismo en España



Gnosticismo en IberiaPor Mario Escobar,
El gnosticismo no es una herejía organizada, más bien se trata de una corriente filosófica y religiosa que desde el principio intentó mimetizarse con el propio Cristianismo. Algunas de las características principales de estos grupos eran: cultos iniciáticos, dualismo, la salvación que se produce a través del conocimiento de los misterios, su visión de Cristo que es normalmente la de un maestro o iniciado más, pero nunca la de Dios hecho carne, la creencia de que el mundo está gobernado por un dios bueno y otro malo, reencarnación, etc. Muchas de estas corrientes siguen representadas en movimientos como la Nueva Era.

Dos de las escuelas gnósticas que se extendieron por la Península fueron la de los agapetas y priscilianistas. Juan Crisóstomo definió muy bien a los gnósticos cuando dijo de ellos:  “se llaman gnósticos porque pretenden saber más que los otros” .

 Los gnósticos estaban preocupados por descubrir tres cosas: el origen de los seres, el principio del mal en el mundo y la redención.

El origen de estas filosofías fue la antigua Grecia, desde allí se extendieron por todo el Imperio Romano, aunque muchas de sus ideas provenían del Oriente, por ello sus ideas tenían vínculos con el Zoroastrismo y otras religiones de Persia. Algunos ven en Simón el Mago, del que habla el libro de los Hechos, al primer gnóstico cristiano.

El gnosticismo se extendió rápidamente por Egipto, Siria, Grecia e Italia, después pasó a otros territorios occidentales. En Hispania, los agapetas se introdujeron por la Galia en la segunda mitad del siglo IV. Un tal Marco de origen egipcio y un grupo de mujeres, extendieron sus doctrinas por la Península. Marco mezclaba ideas maniqueas con prácticas mágicas y de adivinación. Una de las mujeres que acompañaban a Marco era Agapea, la verdadera líder del grupo y de la que tomó el nombre. Sus prácticas escandalizaron a la Iglesia de la época, ya que su idea de que el cuerpo y lo material eran malos, pero su alma era pura, les permitía hacer cualquier cosa con sus cuerpos, sin que su alma se viera afectada.

Los priscilianistas nacieron de la misma rama herética, ya que Prisciliano había sido discípula de Agapea y de un tal Elpidio. Prisciliano también provenía de la Galia aunque era de origen hispano romano.

Sulpicio Severo describe a Prisciliano como:  “…de familia noble, de grandes riquezas, atrevido, facundo, erudito, muy ejercitado en la declamación y en la disputa; feliz, ciertamente, si no hubiese echado a perder con malas opiniones sus grandes dotes de alma y de cuerpo. Velaba mucho: era sufridor del hambre y de la sed, nada codicioso, sumamente parco. Pero con estas cualidades mezclaba gran vanidad, hinchado con su falsa y profana ciencia, puesto que había ejercido las artes mágicas desde su juventud (1.”

De Prisciliano y sus ideas hablaremos en otra ocasión.

Las doctrinas gnósticas tuvieron un éxito relativo entre la población, impregnando de una manera más fuerte a los estamentos más altos de Hispania. Muchas de ellas persistieron durante siglos cambiando de nombres y lugares, por sus características filosóficas, suelen regresar cíclicamente a la Iglesia, sobre todo en momento de crisis sociales y espirituales.



 (1) SULP. SEV., Historia Sagrada, l. 2, en el t. 16 de la Bibliotheca Veterum Patrum.