jueves, 10 de noviembre de 2011

¿Cómo surgió el cristianismo en Irlanda?

Orígenes del cristianismo en Irlanda
Por Mario Escobar,
Las historias de Irlanda e Inglaterra han estado ligadas a lo largo de los siglos. De hecho hasta hace nueve mil años las dos islas estaban unidas por tierra, pero el deshielo de los mares las separó definitivamente, por lo menos geológicamente. Se cree que los primeros humanos que poblaron Irlanda son anteriores a la separación de ambas islas.

 BASES DEL CRISTIANISMO EN IRLANDA. 
 Los primeros pobladores Neolíticos de Irlanda provenían de Oriente Medio, viéndose obligados a emigrar progresivamente debido a la falta de recursos, llevando con ellos métodos técnicos agrícolas y toda suerte de utensilios. A estos primeros pobladores se fueron uniendo diferentes pueblos a lo largo de la Prehistoria. 

En la Edad de Bronce apareció la primera forma de escritura irlandesa conocida por el nombre de  ogham . Este tipo de escritura era de carácter ceremonial y se ha encontrado en algunas piedras en centros religiosos.

 Uno de los pueblos que más ha marcado la cultura y costumbres irlandesas son sin duda los celtas.  Al parecer estos pueblos, originario del mar Caspio, llegaron primero a Gran Bretaña, estableciéndose allí los britanos y en Irlanda y Escocia los gaélicos, hacia el año 500 antes de Cristo. El galaico, la lengua originaria de estos pueblos, sigue hablándose en Irlanda y constituye una de las lenguas vivas más antiguas de Europa Occidental.

Las primeras descripciones del pueblo irlandés, por cronistas foráneos datan del siglo I antes de Cristo, ya que la información anterior que se ha conservado consiste en simples leyendas. El geógrafo griego Estrabón describe Irlanda como:
 “más salvajes que los britones, caníbales y muy voraces. Juzgan digno de elogio el devorar a sus padres muertos e igualmente relacionarse abiertamente no sólo con otras mujeres, sino también con sus propias madres y hermanas... los nativos son totalmente salvajes y tienen una existencia desgraciada debido al frío” .
 Esta descripción no se ajusta a la realidad dado que las culturas gaélicas eran sofisticadas y complejas.

 La religión celta, fundamentalmente politeístas, creía en la inmortalidad del alma y la vida ultraterrena.  Los tres grupos sociales más importantes lo constituían los guerreros, los agricultores y los druidas. La nobleza, por medio del vasallaje, tenía sometida a la masa de campesinos, aunque estos eran considerados hombres libres. El estrato más bajo de la sociedad lo formaban los esclavos.

El mar protegió a los Irlandeses de la expansión romana y las posteriores invasiones bárbaras. La forma política básica la constituía una serie de monarquías tribales que sobrevivieron hasta bien entrada la Edad Media. Estos reinos tenían como distintivo común, además de la lengua, las  “Leyes de Brehon”(1) . En el aspecto del folklore han sobrevivido “Las Sagas” , una especie de mitología gaélica.

 Los primeros cristianos debieron llegar a Irlanda gracias a las rutas comerciales de esta con Gran Bretaña y la Galia, en las postrimerías del siglo IV.  Apenas cincuenta años después, en el 431, el obispo de Roma, Celestino I, decidió enviar al diácono Paladio, para hacerse cargo del grupo de creyentes de la isla, pero este murió asesinado poco después de su llegada. Según cuenta la leyenda tan sólo un año más tarde de este hecho, San Patricio, patrón de Irlanda, llegó como misionero al país.

 San Patricio es un protagonista destacado de la evangelización de Irlanda.  En sus “Confesiones” , que son autobiográficas, nos narra además de su misión, los orígenes de su estirpe. Nacido en el año 390, su llegada a Irlanda se produjo en el 456 y la fecha de su muerte aproximadamente en el año 490. El 17 de Marzo, fecha en la que se cree que murió, se ha convertido en la fiesta nacional en todo el país.

El lugar de su nacimiento fue Gran Bretaña, su padre llamado Calpurnio, era decurión(2), diácono cristiano y terrateniente. Según nos cuenta el mismo San Patricio, fue secuestrado junto a dos de sus hermanas por un grupo de irlandeses, durante seis años fue esclavo hasta que logró escapar y volver a su casa. Pero poco después recibió una visión que le animaba a volver a Irlanda, pasando antes por Francia donde recibió las órdenes sacerdotales.

El deseo misionero de San Patricio fue producto de su propia fe, de hecho tuvo problemas con la jerarquía romana al auto declararse obispo, con el fin de nombrar a otros sacerdotes en la Isla. La sede de la nueva iglesia de Irlanda fue Armagh. Al principio San Patricio intentó implantar el sistema episcopal, pero el carácter rural del país dificultaba esta forma de organización, por lo que optó por la constitución de abadías y monasterios, donde el abad se encargaba de supervisar un territorio o reino.

La conversión de los irlandeses fue bastante rápida, constituyendo muy pronto una iglesia dinámica y misionera. Cuando el Imperio Romano sucumbió y el cristianismo retrocedió en algunas zonas a causa de las invasiones bárbaras, en Irlanda siguió floreciendo una gran erudición cristiana.

 Las invasiones vikingas del siglo X afectaron profundamente a la isla. Los ataques piratas duraron dos siglos, terminando con el establecimiento definitivo de comunidades vikingas, principalmente de daneses. Estos pueblos invasores se convirtieron muy pronto al cristianismo. 

La Iglesia de Irlanda se mantuvo aislada del resto de la cristiandad y de la obediencia a Roma entre los años 650 y 1080. El Papa Gregorio VII (1073-85) decidió terminar con esta situación e incluyó a la Iglesia de Irlanda en su jurisdicción. Situación que aprovechó el arzobispado de Canterbury (Inglaterra) para reclamar su jurisdicción sobre la isla.

La propuesta inglesa fue secundada por la población irlandesa de origen danés, que quería pertenecer a la misma jurisdicción de sus hermanos en Inglaterra. En el 1150, se nombró el primer legado papal para Irlanda, un italiano llamado Paparo. En el sínodo de Kells, convocado dos años más tarde, se adoptó el sistema episcopal, se ordenó a treinta y seis obispos, cuatro arzobispos y se concedió la primacía a la ciudad de Armagh. De esta forma Irlanda no dependía de Canterbury.

Pero, a falta de una autoridad firme en la isla, esta reforma no dio resultado en la práctica, por lo que el papa Adriano IV, concedió en el año 1155 la jurisdicción del país a Enrique II de Inglaterra. Al parecer, algunos legados ingleses manipularon la voluntad papal dando una imagen de Irlanda más pagana y bárbara de lo que realmente era, con el fin de hacer recaer la jurisdicción eclesial sobre el monarca inglés. La prueba concluyente de esta supuesta cesión papal a la corona inglesa se ha perdido y en la actualidad se defiende que nunca existió, ya que no hay restos del documento original, ni copia alguna en el archivo Vaticano.

 El 17 de octubre de 1171, después de varios años de guerras internas, Enrique II desembarcó en Irlanda con el fin de asegurarse el dominio de la isla, tras su victoria, el papa Alejandro III le dio el título de “Señor de Irlanda”. 

Los nuevos amos normando-ingleses intentaron hacerse con el gobierno de la isla aunque sólo fuese nominalmente. De hecho hasta el 1337, gracias al apoyo recibido de Inglaterra, los normandos dominaron buena parte del territorio, pero la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, les dejó desprotegidos.

A mediados del siglo XIV la minoría normanda había sido absorbida y la autoridad de Inglaterra durante más de cien años fue ficticia, sólo la llegada al poder de los Tudor(3) volvió los ojos de la Corona a sus posesiones irlandesas.

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